Nuestro Miedo Al Compromiso

Hacemos parte de una generación que le teme al compromiso, porque comprometerse es decidir y decidir implica, como no puede ser de otra manera, elegir un camino dejando los otros atrás. Comprometerse es elegir una sola opción y el miedo de quedarnos sin lo demás, nos impide tomar esas decisiones.

Pero lo que no hemos pensado, es que al decidir no solo escogemos algo más, sino que nos decidimos por nosotros mismos.

Al comprometernos, por ejemplo, con una relación de pareja; no solo estamos apartando a todos los otros hombres o mujeres que podrían hacernos profundamente felices, sino que estamos poniendo todos nuestros esfuerzos en hacer que una nueva relación, se convierta en una llena de amor y fidelidad. Cosa que nunca pasaría si tuviéramos nuestros intereses puestos en múltiples personas.



Cuando nos da miedo comprometernos con una causa, tomamos la decisión tibia de no involucrarnos demasiado y por eso mismo, no generamos ningún cambio en el mundo; pero si nos convertimos en los abanderados de una causa en la que creemos, una causa noble y justa; la lucha por esa misma causa nos ennoblece a nosotros mismos y nos cubre de justicia.

Comprometámonos con lo que vale la pena, comprometámonos con aquello que nos mueve por dentro. Comprometámonos con el amor, con la justicia, con la responsabilidad, con nuestra familia. Comprometámonos con el otro, pero por encima de todo, comprometámonos con nosotros mismos.

Que no te dé miedo comprometerte contigo misma porque decidir qué te gusta es uno de los caminos que conducen a la felicidad: elegir entre un libro o una película, entre una ópera o un reggaetón; adoptar un perro o un gato, elegir una carrera que te lleve a una vida de éxitos y escoger a una persona con la cual pasar el resto de tu vida. Todas esas decisiones, te convierten en una persona de la que solo tú eres dueña, por eso, elígete a ti primero, comprométete contigo antes que con cualquier cosa.



Cuida de ti, cuida tu mente, cuida tu alma y cuida tu cuerpo. Y para empezar a hacerlo, comprométete con lo más pequeño, con lo más elemental: hazte el autoexamen y acompáñanos combatiendo en la causa más importante de nuestras vidas: la lucha contra el cáncer de seno. Yo me comprometo conmigo y me comprometo a recordarte la importancia de que tú también te comprometas.


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