Día De La Madre, Día Para Celebrar

¿Te acuerdas del día en que conociste a tu mejor amiga? Seguro que no, eras muy pequeña para eso. Ella, en cambio, nunca se va a olvidar de ese momento, porque fue testigo de la primera vez que tus ojos se abrieron, porque tu mano entera era del tamaño de su pulgar y porque fuiste tú quien le dio el título más importante de su vida: el de ser tu mamá.

Este es nuestro homenaje a mamá, pero como sabemos que el amor es universal y que tú la quieres tanto como nosotros; haz tuyo este mensaje y dile a mamá lo importante que es para ti.



Te conozco, me conoces, somos espejos.
Porque cuando yo abrí los ojos me encontré con los tuyos, porque cuando aprendí a caminar y decidí empezar a correr, ahí estabas tú, tras de mí, atenta a protegerme de cualquier peligro, de cualquier dolor. Por eso, sin importar cuántos años tenga, todas las decisiones de mi vida tienen algo tuyo, porque nunca voy a olvidar cada uno de tus sabios consejos, que me demostraban con el tiempo, que siempre tenías razón.



Nos reímos, nos amamos, lloramos y bailamos, sin importar qué tan difícil fuera lo que nos estaba pasando. Tú me tranquilizaste cuando se me rompió el corazón, nos reímos hasta las lágrimas viendo películas sin sentido, nos amamos con más fuerza que nunca el día que se murió el abuelo y bailamos sin parar el día de mi quinto cumpleaños. Tú me has acompañado en todos los momentos de mi vida, has sido mi amiga, mi cómplice, mi maestra y mi todo.



Me enseñas y aprendo, cada día de nuestras vidas. Porque no hay un modelo de mujer al que quiera seguir más que a ti; porque de ti aprendí a amar incondicionalmente, a pensar con calma, a nunca tomar decisiones egoístas, a leer, a estudiar, a crecer cada día. Porque todavía me falta mucho tiempo para convertirme en la increíble mujer que eres para mí, en la mujer que sé que puedo llegar a ser.



Estás ahí, siempre a mi lado, siempre incondicional. Aunque se me hayan olvidado un par de cumpleaños, aunque no te haya agradecido todo lo que hiciste por mí, aunque no siempre te llame ni te escriba tanto como te gustaría que lo hiciera. Aunque yo siga fallando, tú siempre me recibes con una sonrisa y un abrazo de verdad. Aunque no siempre te lo diga, no podría pedir una mejor mamá.



Nos une un hilo de amor, un solo latido, que nos mantiene cerca desde el día mismo en que supiste que yo estaba dentro de ti y que nos unirá hasta el último día de nuestras vidas. Ese hilo se alarga con el amor, la confianza, las experiencias vividas y la complicidad que compartimos. Pero por más que se alargue, por más lejos que estemos, nunca podrá romperse, porque nuestra relación es la eternidad, porque siempre voy a ser tu hija y siempre vas a ser mi mamá.

Por eso, mamá, porque nos diste la vida, hoy celebramos la tuya para que siempre recuerdes ese vínculo de eterna complicidad que nada ni nadie, podrá separar.


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